Elecciones 2025: cómo preparar tu pyme para el día después

En Argentina ya sabemos la regla no escrita: cada elección redefine el tablero económico. Y las elecciones 2025 de Septiembre (Provincia de Buenos Aires) y octubre (Nacional) no son la excepción. Lo que pase en las urnas va a marcar el pulso de stocks, precios, inversiones y mercados en los próximos 6 a 12 meses.

Pero ojo: el error más grande que puede cometer un empresario pyme no es equivocarse en la lectura política, sino no tener un plan estratégico para cualquier resultado.

Acá no vamos a hablar de ganar elecciones, sino de ganar mercados.

Escenarios posibles post elecciones 2025

Para tomar decisiones inteligentes, no alcanza con especular: hay que pensar en escenarios probables y cómo impactan en tu pyme. Te propongo tres lecturas actualizadas al 8 de septiembre de 2025, con implicancias concretas para la gestión empresarial:

 1) Continuidad reformista y estabilización administrada
El oficialismo sostiene la agenda de liberalización (con el cepo cambiario y los licenciamientos de importación ya eliminados) mientras Tesoro/BCRA contienen la volatilidad del tipo de cambio. La inflación mensual se desacelera (último dato publicado: ~1,9% m/m), pero las tasas siguen altas y el crédito es selectivo.

Qué monitorear: spreads cambiarios, costo de financiamiento, reposición de importados y demanda interna.

Qué hacer:

  • Estandarizar cláusulas de ajuste en contratos (IPC/TC);
  • Cobertura con futuros/dólar financiero para compras de insumos críticos;
  • Aprovechar ventana importadora para bienes de capital e insumos clave;
  • Programa de eficiencia (automatización/BI) y rotación de inventarios con targets claros.

Oportunidad: ganar share con cumplimiento y servicio superior mientras competidores se atrasan en deliveries.

 

2) Revés electoral y freno de reformas
Un resultado adverso de las elecciones 2025 en PBA y/o en octubre eleva la prima de riesgo, presiona el dólar y encarece el financiamiento. Sin volver a controles formales, podrían aparecer medidas administrativas de corto plazo y mayor volatilidad financiera.

Stress test: flujo de caja con +20–30% en TC, -10–15% en demanda y tasas +500–800 bps (es decir, simular un escenario de crisis donde sube el tipo de cambio, cae la demanda y las tasas de interés se disparan, esto sirve para medir si tu pyme aguanta).

Qué hacer:

  • Subir colchón de liquidez (30–60 días de gastos operativos);
  • Pricing dinámico con gatillos por TC/insumos;
  • Priorización de clientes A y reducción de SKUs de baja rotación;
  • Aceleración exportadora de nicho (operaciones chicas, mercados limítrofes) y factoring/coberturas.

Oportunidad: arbitrar costos locales vs. precio externo y capturar demanda dolarizada.

 

3) Aceleración de reformas y normalización de expectativas
Un resultado favorable al oficialismo en las elecciones 2025 abre el camino para paquetes fiscal/laboral y baja gradual de tasas; se comprime el riesgo país y mejora el acceso a crédito. La desinflación se consolida y la brecha cambiaria se achica.

Qué hacer:

  • Pasar de defensa a crecimiento: capex productivo, expansión comercial y M&A pyme (fusiones y adquisiciones entre pequeñas y medianas empresas, es decir, comprar, vender o asociarse con otras pymes para crecer);
  • Refinanciar pasivos a plazos más largos y tasa fija;
  • Contratos de suministro a 6–12 meses para asegurar precio/capacidad;
  • Roadmap de internacionalización (certificaciones, partners, marketplaces B2B).

Oportunidad: capturar el primer tramo de recuperación con ventaja de costo-capacidad.

 

Pasar de un stock defensivo a uno estratégico

Muchos empresarios piensan el stock como un “colchón contra la inflación”. El problema es que, si solo se acumula sin plan, ese colchón se convierte en una carga que frena el negocio.
Imaginá tu depósito lleno de mercadería que no rota: es como tener la plata dormida en una caja fuerte. Lo que necesitás no es comprar más, sino administrar mejor lo que ya tenés. Para eso, primero mirá tus ventas de los últimos meses y tratá de anticipar la demanda: no todo producto se vende al mismo ritmo. Después, asegurate de cubrir los insumos críticos, esos que dependen de importaciones o que suben con el dólar, y mantené más liviano el resto. Y cuando te sientes a negociar con proveedores, buscá acuerdos flexibles que te aseguren precios o entregas escalonadas. Así evitás que tu capital quede atado en mercadería que no se mueve.

El stock no es solo un seguro contra la inflación. También es un activo de tu empresa, y como cualquier activo debería devolverte algo a cambio: liquidez, estabilidad o rentabilidad.

Inversiones: blindaje de caja + apuestas selectivas

Después de cada elección hay un reacomodamiento: cambian el tipo de cambio, suben o bajan las tasas, y el acceso al crédito se mueve como un péndulo. Las pymes que sobreviven son las que se adelantan a ese movimiento. Imaginá la caja de tu empresa como un chaleco antibalas: en el corto plazo, lo que te salva es tener liquidez. Ese efectivo disponible es lo que te va a permitir pagar sueldos, proveedores y gastos básicos aunque el crédito se corte o la demanda se frene.

A mediano plazo, la jugada es distinta. Ahí se trata de invertir, pero no de cualquier forma, sino en lo que te deja más competitivo sin importar qué partido gobierne. Hablamos de digitalizar procesos para que tu negocio sea más ágil, incorporar tecnologías que te den eficiencia (como automatización o sistemas de trazabilidad) y apostar a tu gente, capacitándola para que pueda adaptarse a lo que venga.

Esto no es gastar: es levantar un verdadero escudo competitivo que te protege hoy y te prepara para crecer mañana.

Cómo manejar la política de precios en tiempos de incertidumbre

En escenarios volátiles como estas elecciones 2025, fijar precios por costo más margen puede ser un camino directo al fracaso. La pyme que logra sostenerse no es la que se limita a cubrir costos y agregar un porcentaje, sino la que entiende que su política de precios es parte de la estrategia general del negocio.

Imaginá dos empresas que venden el mismo producto. Una decide subir precios cada vez que suben los insumos, sin más explicación. La otra ajusta, sí, pero lo hace diferenciando tipos de clientes, comunicando claramente el valor de lo que ofrece y dejando por escrito en sus contratos cómo se actualizarán los montos en caso de inflación o devaluación. ¿Cuál creés que genera más confianza y fideliza mejor? Claramente la segunda.

Diseñar una política de precios estratégica significa segmentar: entender que no todos tus clientes reaccionan igual a los aumentos. También significa indexar, es decir, dejar pautado de antemano que ciertos precios se revisarán según la inflación o el dólar. Y sobre todo, significa basar la conversación en el valor percibido: mostrar que tu producto o servicio vale más por la solución que da, no solo por lo que cuesta producirlo.

En pocas palabras, no se trata de vender precio: se trata de vender estrategia.

Desarrollar mercados más allá del interno

El mercado interno argentino es como una montaña rusa: sube y baja con una velocidad que no siempre se puede anticipar. El error más común es quedarse atrapado en ese vaivén, esperando a que todo se acomode solo. Una pyme que hace eso se expone a perder competitividad y margen de maniobra.

Salir de esa trampa significa animarse a mirar más allá. Incluso en épocas de crisis existen sectores donde se puede colocar un producto en países vecinos, sobre todo si se trata de alimentos diferenciados o insumos industriales con demanda específica. Al mismo tiempo, los ecosistemas digitales hoy abren puertas que antes parecían exclusivas de las grandes empresas: vender en Amazon, Mercado Libre Cross Border o incluso en Alibaba ya es una posibilidad real para un negocio pequeño. Y no hay que olvidar la fuerza de las alianzas: asociarse con otra pyme para complementar ofertas puede ser el empujón que te lleve a un nuevo mercado.

El secreto no está en esperar a que el mercado interno se estabilice. La clave está en crear tus propias oportunidades, diseñando tu propio mercado en lugar de ser rehén de uno solo.

Innovar para crecer cuando nada es seguro

Muchos empresarios creen que innovar en tiempos de incertidumbre es un lujo que no pueden permitirse. La realidad es todo lo contrario: justamente en esos momentos es cuando aparece la mejor oportunidad. Mientras la mayoría de tus competidores se paralizan, vos podés moverte, y ahí es donde la innovación paga.

Imaginá tu pyme como un barco en medio de una tormenta. Algunos se quedan quietos, esperando que pasen las elecciones 2025. Otros, los que deciden innovar, ajustan las velas, prueban rutas nuevas y encuentran corrientes que los llevan más rápido que antes. Esa es la diferencia entre resistir y crecer.

Innovar no significa gastar más dinero ni llenar la empresa de proyectos imposibles. Se trata de mirar lo que ya tenés y preguntarte cómo puede rendir más. Tal vez eso implique cambiar tu modelo de negocio y pasar de vender solo productos a ofrecer un servicio recurrente que te asegure ingresos estables. Quizás sea el momento de automatizar tareas repetitivas que hoy consumen horas de tu equipo y liberar a las personas para que se concentren en lo creativo y en lo que realmente agrega valor. O incluso podés combinar lo físico con lo digital: como una pyme textil que no solo vende ropa, sino que permite a sus clientes personalizar diseños online y recibirlos a medida.

Innovar, en definitiva, no es un lujo ni un gasto extra.

Es redirigir recursos hacia aquello que te da ventaja, es aprovechar el momento en que todos frenan para acelerar vos y quedarte con el espacio que otros dejaron vacío.

Notas recomendadas para complementar

Si querés profundizar y seguir conectando ideas, te recomiendo dos lecturas que son un complemento perfecto para esta nota:

  • Estrategia vs improvisación en los negocios: una reflexión práctica sobre por qué improvisar en contextos de alta incertidumbre suele costar caro, y cómo diseñar un plan sólido te da ventaja competitiva cuando otros solo reaccionan.
  • Anticiparse al mercado con estrategia: un análisis de cómo leer las señales tempranas del mercado y moverte antes que tu competencia, con casos de pymes que lograron crecer en medio de la turbulencia.

Estas lecturas no solo amplían la mirada, sino que te dan herramientas concretas para pasar de la reacción a la anticipación, y de la improvisación a la ejecución estratégica.

Prepararse no es adivinar, es diseñar escenarios

Lo que pase el 8 de septiembre y en octubre va a cambiar el corto plazo. Pero lo que determine si tu empresa crece o sobrevive es qué estrategia tenés diseñada para moverte en cualquier escenario.

En Behacked trabajamos con pymes que ya entendieron algo clave: no se trata de esperar el resultado de las elecciones, se trata de tener un plan de acción adaptable, basado en datos, innovación y estrategia corporativa.

Si querés construir un plan concreto para tu pyme y dejar de depender del azar político, escribime

 


Por Leandro Fernández
Consultor de Estrategia
InstagramLinkedIn | Contactame