Por Leandro Fernández – Coach Empresarial

Tranquilos Millennials! No me ataquen, soy de los suyos. Pero no me nieguen que no nos gusta trabajar. Por lo menos, no como nos hicieron creer lo que era trabajar. Antes que nada, voy a presentarnos, nosotros somos los “chicos de ahora”, los que nacimos entre los años 1985 y 2000, los que viven con el celular en la mano, los que se quejan de todo, los que publican y comparten gran parte de sus vidas en las redes y; sobre todo, los que no les gusta trabajar.¿Por qué digo esto? Porque ya son varias las personas mayores que me tocó asesorar y me dicen “ahora los empleados renuncian al trabajo como si nada”,”ya ni el sueldo les importa”,”sólo piensan en viajar”.Y para que les voy a mentir…tienen toda la razón, pero no le encuentro el lado negativo a todo esto. Lo que pasa es que crecimos viendo como los grandes se quejaban del trabajo, cómo renegaban y decían “si no fuera por mi sueldo no estaría acá”, cómo anhelaban tanto viajar y “ser libres”, cómo deseaban expresarse de la forma en que quisieran, pero no podían porque el “¿qué dirán?” era sumamente importante. Y bueno…justamente lo que aprendimos fue a no vivir de esa forma.Esto no es cuestión de “choques de generaciones”, es más una cuestión de “interpretar generaciones”.Tienen que entendernos, tienen que saber que crecimos en un mundo móvil y digital, en el que podemos crear atajos para cualquier cosa que se nos ocurra y hacer las cosas más fáciles. Crecimos en un mundo donde sabemos que lo importante no es adquirir, sino compartir. Crecimos en un mundo donde lo económico no nos incentiva porque sabemos que hay cosas más valiosas, como el tiempo. Crecimos en un mundo que no conocemos pero que nos encantaría conocer. Crecimos en un mundo donde podemos compartir lo que se nos ocurra con quien se nos ocurra pero, aún así, es un mundo en el que los niveles de “soledad” crecieron a niveles exorbitantes. Y esto pasa, entre tantas cosas, porque no nos entienden y nosotros suponemos que deberían entendernos, pero tenemos que saber, que ellos crecieron en un mundo completamente diferente al nuestro. Entonces, lo que les respondo a mis clientes cuando se quejan de los Millennials es que los incentivos ya no son solamente económicos, las tareas ya no pueden ser rutinarias, los empleados deben sentirse reconocidos y que forman parte de la empresa, deben saber que ahí adentro van a crecer y desarrollarse, deben tener mas espacio y, sobre todo, deben sentir que pueden compartirlo en sus redes. Suena gracioso, pero es así. O acaso si ven a alguien que sube cosas de su trabajo “cool”, no le van a preguntar o van a desear ese puesto ustedes. Mientras más personas deseen formar parte de tu empresa, más se cotizan los puestos de trabajo. ¿Cómo podemos lograr que un Millennial quiera quedarse en nuestra empresa? Probando con no incentivar con dinero solamente, ¿porque no con unas horas libres de trabajo? o con un curso/capacitación sobre su hobby. Probando con tareas o funciones que puedan aplicarlas en Home Office (trabajo en casa). Probando, escuchando las ideas y ejecutar las válidas. Probando con espacios de relax Instagrameables. Puede sonar alocado o innecesario, pero créanme, van a estar aportando mucho a su empresa y a la sociedad. Ahora que nos entienden un poco más… ¿no les parece que al fin y al cabo estamos haciendo todo bien? Lo digo porque aprendimos a vivir libres, disfrutar del trabajo y hacer que forme parte de la vida que queremos vivir, a expresarnos y a conocer el mundo. Por último, reflexionemos. ¿Estamos ofreciendo los puestos de trabajo que nos gustaría tomar? ¿Estamos en el trabajo que le recomendaríamos a alguien más? ¿Estamos siendo lo suficientemente Millennials como para huir de lo que no nos permite ser quienes queremos ser?

·· Leé la Nota en Diario El Tribuno Jujuy ··
https://www.eltribuno.com/jujuy/nota/2019-11-5-15-17-0-millennials-de-trabajar-ni-hablemos