Por Leandro Fernández – Coach Empresarial

Qué dilema esto de las etiquetas… pero es algo con lo que vamos a lidiar porque así somos los humanos, necesitamos definirnos de alguna manera. Si hablamos de estos dos personajes, confundidos generalmente, escuchamos decir “el emprendedor es la forma cool de decir que sos empresario”, “un empresario es la persona mayor que tiene una empresa”, “es lo mismo, nada más que el empresario ya está registrado formalmente”. Podríamos seguir, pero desde mi perspectiva puedo decir que esas frases son fácilmente de revocar porque hay casos en que estás registrado formalmente y no sos empresario, hay casos de empresarios jóvenes y lo que queramos imaginarnos. Estas dos etiquetas van mucho más allá de un estereotipo, de una forma legal o de una capacidad económica. Estas etiquetas representan un cambio de pensamiento, un proceso de maduración y aprendizaje, una forma diferente vivir y tomar decisiones. Van a pensar que estoy exagerando, pero no es así y puedo comprobarlo. Si les pido que se imaginen a un joven de remera y jean trabajando con su notebook en un café, ¿piensan en un emprendedor o en un empresario? Ahora imagínense un tipo de traje y pantalón de vestir, reloj visiblemente de alto valor y zapatos estilo italiano, respondiendo consultas mientras habla por celular, ¿piensan en un emprendedor o en un empresario? La respuesta se las dejo para ustedes, pero todos sabemos cuál es. Esto se debe a estereotipos que se representan en prejuicios de las apariencias donde etiquetamos a estos personajes según diferentes preconceptos asimilados anteriormente en nuestro cerebro; pero aun así… la respuesta no es incorrecta. Ambos personajes representan tipos de vida, conocimientos, experiencias y aptitudes diferentes. Esto es porque para pasar de ser un emprendedor a ser un empresario hay que “dar un salto” y éste, por lo general, llega con el tiempo a través de la experiencia que vamos adquiriendo. Entonces, ¿cuándo podemos etiquetarnos como emprendedores? Bueno, generalmente, los emprendedores somos quienes creamos y hacemos mediante prueba y error, aprendiendo, conociendo, generando nuestras propias formas de avanzar con nuestros proyectos. Los emprendedores somos muy buenos solucionando problemas, haciendo muchas cosas al mismo tiempo (multitasking), estamos normalmente enfocados en el esfuerzo para conseguir las cosas, conocemos muy bien las máquinas y/o personas que forman parte de nuestra empresa y sobre todo, no nos gusta discutir mucho tiempo las cosas así que nos rodeamos de personas funcionales y sumisas para que sigan nuestras órdenes a la perfección. Cuidado con tomarse a mal las etiquetas, ninguna de las dos son malas, simplemente son dos etapas en el camino de “empresar” como suelo decirle yo al camino que elegimos cuando decidimos crear nuestra propia empresa.

Ahora, ¿un empresario que sería entonces? El empresario no es nada más ni nada menos que un emprendedor que ya maduró en el mundo de los negocios. Es el que piensa y elabora como implementar estrategias de forma correcta, delegando tareas y controlando porque conocen perfectamente los números de su empresa y, por lo tanto, saben que con un buen desempeño de su equipo según la estrategia estos deberían incrementarse en un determinado porcentaje. También conoce perfectamente a través de los resultados que “tuercas” debe ajustar. Es fantástico. A modo de resumir las diferencias entre estos, podemos decir que un emprendedor es la persona imprescindible para crear una empresa y ponerla a funcionar y, en cambio, un empresario es la persona imprescindible para que la empresa crezca una vez que ya está funcionando.

Ahora que ya sabemos las diferencias entre estos dos personajes, quiero aclarar que cuando dije que pegamos el salto de uno a otro con el pasar del tiempo no me refiero a que los emprendedores debamos relajarnos y esperar a convertirnos en uno, porque puede que si no nos enfocamos en aprender correctamente el camino nunca lleguemos a ser un empresario. Pero sí, hay formas de acelerar ese proceso y que solamente las vas a poder conocer si llegaste a leer hasta acá el artículo. Para convertirnos en empresarios de manera acelerada debemos entender algunas cosas y voy a empezar por la más importante: no somos súper héroes. No podemos hacer muchas cosas al mismo tiempo, ni tampoco es necesario que para que cumplas con tus metas te acuestes tarde y te levantes temprano; por el contrario, debemos aprender a delegar tareas correctamente para enfocarnos en las actividades que requieran de nuestro pensamiento y, además, debemos descansar como corresponde (un promedio de ocho horas de sueño) porque nuestro potencial creativo disminuye considerablemente con el cansancio.

Otra de las cosas que debemos tener en cuenta es que, si vamos a armar nuestro equipo, no necesitamos personas sumisas y funcionales, sino que, debemos regirnos por la premisa contratar a empleados que hagan sus tareas de una mejor forma en la que nosotros podríamos hacerlo; porque de lo contrario, lo único que logramos es un malgasto de recursos. Por último, debemos conocer profundamente los ingresos, egresos, presupuestos, paybacks (tiempo de retorno de la inversión) y todo lo que consideren necesario para medir sus resultados y poder tomar las decisiones correctas en el menor tiempo posible. Entonces; ¿Qué personaje te identifica?, ¿Qué acciones vas a implementar para pegar el salto?, ¿Cómo podés convertirte en un mejor empresario?

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